
Afuera, nadie imaginaba que aquella adolescente de 12 años que acababa de salir del Politécnico José Francisco J. Peynado, quedaría atrapada en el vientre de una alcantarilla, en la intersección de la calle Julio Manuel Cestero y la calle Circunvalación, en el sector Lavapié, de San Cristóbal.
Pasó poco más de ocho horas en un espacio oscuro, lleno de agua sucia y gases tóxicos. La madre se enteró cuando la abuela de la niña la llamó más temprano y le advirtió: “Mira, yo no pasé a buscar a Sherlyn porque eso está inundado. Pasa a pie y deja tu carro por ahí, que yo no pude”. Poco después, otro aviso más brutal llegó: “Sherlyn no aparece. Dicen que una muchacha se perdió por ahí”.